¿Eres una mujer súper independiente pero, conoces a alguien y, de repente, te pierdes?
A continuación voy a explicarte algunas cosas sobre la dependencia emocional. Si lo prefieres puedes dejarme aquí tu correo y/o teléfono para así poder hablar contigo de forma más personal.
¿Te acuerdas del cuento de la sirenita?
Ariel, con una voz tan hermosa que cualquiera que la escuchara quedaba completamente hechizado, conoció a Eric, un marinero que la cautivó de inmediato. Su presencia la hacía sentir algo en el corazón, algo que nunca había experimentado.
Entonces, la sirena decidió hacer un trato con una bruja para ir a tierra: le daría su voz a cambio de que el marinero la amara. Pensó que, sin su voz, él la querría de verdad y nunca la dejaría.
Pero, aunque el marinero estaba ahí, la sirena se dio cuenta de que algo no estaba bien. Sin poder hablar, ya no podía compartir lo que pensaba ni lo que sentía, mucho menos cantar. Se sentía vacía, como si le hubieran arrancado una parte de ella. Lo que parecía un amor profundo se fue convirtiendo en una relación en la que ella solo existía para él, dejando de ser quien era, dejando de lado sus propias necesidades y deseos.
¿Te suena, verdad? A veces, en la búsqueda del amor, llegamos a perder partes de nosotras mismas, sacrificando lo que queremos solo para sentir que la otra persona nos acepta.
Pero aquí está la clave: para salir de esa trampa, necesitas recuperar tu voz, recordar tu valor y entender que el amor de verdad no te pide que sacrifiques lo que eres. Si en tus relaciones sientes que has perdido tu voz, es el momento de recuperarla, reconectar contigo misma y empezar a poner tus necesidades en primer lugar.
Porque, al final, las sirenas merecen ser amadas por todo lo que ya son, sin tener que perder nada.
La dependencia emocional se vive como algo muy asfixiante. A menudo:
Soy Cintia Brito, una mujer que también experimentó el apego ansioso durante años y que aprendió a cuidarse a sí misma.
Soy psicóloga, sexóloga y terapeuta de parejas por la Universidad de Nebrija, con formación continua en trauma, a través de enfoques como EMDR e IFS, además de un profundo conocimiento de la teoría del apego y su impacto en nuestros vínculos. Esto me permite ofrecer una terapia integral y personalizada.
Inicié mi especialización en dependencia emocional a partir de mi propio proceso personal. Durante mucho tiempo, me vinculé de formas poco saludables y me aterrorizaba sentirme sola. Para mí, la terapia ha sido un espacio seguro que me ha aportado seguridad, confianza y cuidados cuando las he necesitado. Por eso, me gustaría acompañarte para que experimentes lo mismo, desde la cercanía y la humildad. Pero eso ya lo descubrirás cuando nos conozcamos.
La dependencia emocional suele formarse a partir de experiencias pasadas que moldean cómo nos relacionamos con los demás. Puede tener raíces en la infancia, en patrones de relación poco saludables, o en la búsqueda de validación constante para sentirnos completos. Es importante entender que la dependencia no es una característica fija e inmutable, sino algo que se puede trabajar y cambiar con apoyo adecuado.
A menudo, la elección de pareja se ve influenciada por patrones emocionales inconscientes y creencias sobre el amor y el valor propio. Si has experimentado relaciones en las que te has sentido atrapada en dinámicas poco saludables, es probable que, de manera inconsciente, busques relaciones similares, tratando de resolver conflictos del pasado. Reconocer este patrón es el primer paso para cambiarlo y atraer relaciones más saludables.
¡Claro que sí! La dependencia emocional es algo que se puede superar, y con el trabajo adecuado, puedes aprender a construir relaciones basadas en la igualdad, el respeto y el amor propio. Con terapia y autoconocimiento, podrás establecer límites saludables y desarrollar confianza en ti misma, lo cual es fundamental para tener una pareja sana y equilibrada.
Puede ser por múltiples factores, pero existen dos grandes orígenes: el social, representado por el qué dirán y el miedo a fracasar en los logros vitales, y el miedo al abandono, que a menudo se produce en la infancia.
En terapia exploramos si realmente estás viviendo una situación de dependencia emocional. Sin embargo, algunos signos de dependencia emocional incluyen la necesidad constante de aprobación de tu pareja, sentirte ansiosa cuando estás sola, o poner las necesidades de los demás por encima de las tuyas. También puede implicar tener miedo a la soledad, la incapacidad de establecer límites saludables, o sentirte atrapada en una relación que no te hace bien pero que te cuesta dejar. Si reconoces algunos de estos comportamientos en ti, podría ser útil concertar una cita.
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